El 33% de los suelos en el mundo se encuentran degradados, según estudios de la FAO realizados por 200 científicos en 60 países. Erosión, agotamiento de los nutrientes, pérdida de carbono orgánico, compactación, salinización y contaminación química son algunos de los factores.
Todo esto a causa de el excesivo uso de fertilizantes y pesticidas químicos altamente concentrados y malas practicas agrícolas como labranza, falta de coberturas del suelo y poca rotación de cultivos, entre otros, lo cual ha provocado un desequilibrio en los ecosistemas afectando negativamente la calidad de los cultivos, el medio ambiente y por tanto la salud humana.
La utilización de La Tecnología EM™ en agricultura, cumple con los objetivos de: devolver el equilibrio microbiológico al suelo y proporcionar ambientes saludables (fermentativos) no aptos para el desarrollo de patógenos y enfermedades. Recuperando el suelo se alcanza, no sólo a una producción alimenticia de calidad y en cantidad, sino también se protege el ambiente, los recursos y la salud humana, disminuyendo el uso de agroquímicos y a bajando costos de producción. Es simple y adaptable a las condiciones existentes en los actuales sistemas de producción agrícola.
Los suelos sanos reducen pérdida de nutrientes, la compactación y las enfermedades. De esta manera, se comportan mejor ante sequías e inundaciones, que debido al cambio climático, serán cada vez más frecuentes.