Con el objetivo de recuperar ecosistemas, junto a Fundación Red de Nuevas Ideas y su iniciativa Vigilantes del Lago, participamos del proyecto de biorremediación del río Loncotraro, cuenca del Lago Villarrica.
Preservar nuestros lagos y ríos es de suma importancia, dado que constituyen ecosistemas delicados y singulares. Además, son vitales como posibles fuentes de agua potable en el futuro frente al cambio climático y son fundamentales para el desarrollo turístico de los sectores en que se encuentran.
Hace casi 5 años que los problemas de contaminación están afectando gravemente al Lago Villarrica. Desde el 2017 el lago se declaró saturado y comenzó a elaborarse un plan de descontaminación que aún no se pone en práctica, mientras el problema de calidad del agua crece originado por el boom inmobiliario, la descarga de aguas servidas y la actividad salmonera en la cuenca.
Debido a las adversidades y en varias ocasiones debido a la acción del hombre, muchos cuerpos de agua se encuentran contaminados o eutrofizados, como es el caso del Lago Villarrica. «Esta contaminación se presenta de diversas formas, sin embargo, la alta concentración de materia orgánica y los coliformes, ocupan el primer lugar de la lista», afirma Ana Luengas, directora técnica de Biopunto.
Normalmente el agua contaminada presenta niveles elevados de DBO, DQO, Ph, E.coli y otros parámetros que se pueden revertir de manera natural y económica. Con la aplicación de microorganismos eficaces en ríos, lagos y lagunas es posible restaurar el equilibrio natural de cualquier sistema acuático, trayendo consigo efectos benéficos y sostenibles en corto tiempo.
Esferas de barro inoculadas con microorganismos
El uso de microorganismos eficaces en el tratamiento de lagos, ríos y efluentes permite recuperar fondos acuáticos gracias al EM Bokashi® inoculado en las esferas de barro, los microorganismos eficaces, a través de un proceso de fermentación benéfico aceleran la descomposición natural de los compuestos orgánicos, produciendo sustancias bioactivas , eliminado los microorganismos patógenos que promueven la putrefacción y la producción de gases nocivos que contaminan el agua y producen malos olores.
El método de aplicación, así como las dosis, pueden variar de acuerdo con las condiciones del sistema, local, y principalmente de los costos. El tiempo para obtener resultados dependerá del tamaño del cuerpo de agua y de la contaminación, ademas, cuanto más microorganismos eficaces hay en el sistema, más eficiente y rápido será el proceso de purificación y restauración.
Cuando se arrojan al agua, las bolas de bokashi caen al fondo, donde se descomponen y liberan microorganismos eficaces. Los microorganismos detienen el proceso de putrefacción y promueven la descomposición de compuestos orgánicos e inorgánicos.
«Estamos muy motivados con la participación de la comunidad en este proyecto, esperamos formar parte de más alianzas que nos permitan contribuir a la recuperación sostenible de nuestros ecosistemas», dice Ana Luengas.