Explora los beneficios de preservar y restaurar el suelo como una estrategia poderosa para combatir el cambio climático y asegurar la calidad de los alimentos. La Tecnología EM™ y la agricultura regenerativa lideran la innovación sostenible.
Según el Informe Especial del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) sobre el cambio climático y la Tierra, la principal causa del calentamiento global es la acumulación de CO2 producido por la actividad humana. La quema de combustibles fósiles y otras actividades económicas como la agricultura representan una parte significativa de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Reducir estas emisiones es esencial para la sostenibilidad de la vida en el planeta.
La agricultura es responsable de aproximadamente la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la humanidad, debido a la utilización de malas prácticas de producción agrícola se ha alterado ecosistemas completos.
Conservar y restaurar el suelo puede ayudar a evitar que las temperaturas globales aumenten más de 1.5°C por encima de los niveles históricos, como se describe en el Acuerdo Climático de París. Por eso, cambiar la forma en que usamos el suelo es fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Tecnología EM™ y cambio climático
Casi una década de experiencia trabajando en suelo agrícola chileno y más de 40 años de desarrollo biotecnológico han permitido que el equipo de Biopunto solucione importantes obstáculos producidos por el uso constante de productos químicos y la degradación del suelo. Esta innovación no solo mejora la productividad agrícola, sino que también se convierte en una estrategia esencial para combatir los efectos del cambio climático.
Así la Tecnología EM™, desarrollada en Japón en 1980 por el Dr. Teruo Higa, se ha convertido en un aliado poderoso en la lucha contra el cambio climático. Ana Luengas, directora técnica de Biopunto Chile, afirma que esta tecnología consiste en una selección de microorganismos aeróbicos y anaeróbicos beneficiosos que aceleran la degradación de la materia orgánica en el suelo mediante un proceso de fermentación antioxidante.
Trabajan sinérgicamente activando la microbiota existente en el suelo y/o el agua para lograr una corrección biológica y así, no solo mejorar la producción agrícola, sino que también contribuye significativamente a la captura de carbono atmosférico.
El éxito para tener una producción sostenible es el suelo vivo y sano. La degradación de los suelos unido al cambio climático hace urgente preocuparse por realizar acciones que recuperen nuestro principal recurso a la hora de producir.
Utilizar microorganismos eficaces mediante un proceso de fermentación acelera la ruptura de compuestos como proteínas, azúcares, grasas y fibras, promoviendo la rápida descomposición de la materia orgánica.
Un suelo vivo y fértil entrega de manera constante los nutrientes requeridos, disminuyendo la cantidad de fertilizantes aplicados. Además, mantiene el equilibrio biológico natural con mínima aplicación de productos de control de pestes y enfermedades y promueve la formación de agregados para la tener una buena estructura y retención de agua.
Debido a lo anterior, los cultivos tratados con microorganismos producen alimentos de calidad y abundantes utilizando menos cantidad de horas hombre y menos costos de producción.
Para recuperar la vida del suelo se debe aplicar:
- Microorganismos benéficos para cerrar los ciclos biogeoquímicos del suelo y realizar la transferencia de nutrientes.
- Materia orgánica de manera permanente como sustento de estos microorganismos.
Si quieres profundizar en este tema, te invitamos a revisar: “Porqué hacer corrección biológica del suelo”.
Nuevas estrategias de producción: Agricultura Regenerativa
Nos encontramos en un punto de no retorno debido a lo avanzado que se encuentran los efectos del cambio climático, en ese contexto la agricultura regenerativa se presenta como la única solución efectiva para detener el impacto de la agricultura en el cambio climático, asegurando la cantidad y calidad de la producción.
Adherir a sistemas de producción limpia y transferencia de biotecnologías son acciones que lideran el camino en la promoción de la salud del suelo y la conciencia sobre la importancia de preservar nuestra salud y el medio ambiente.
Un beneficio significativo de la agricultura regenerativa radica en la reducción de la dependencia de productos químicos sintéticos. En contraposición a la agricultura convencional, que emplea pesticidas y fertilizantes químicos dañinos, la agricultura regenerativa se basa en enfoques naturales y orgánicos, minimizando el uso de productos químicos perjudiciales. Esta práctica promueve la salud del suelo, la seguridad alimentaria y reduce los riesgos asociados con enfermedades crónicas y problemas reproductivos.
La agricultura regenerativa también fomenta la diversidad microbiana en el suelo, lo que tiene un impacto directo en nuestra salud. La evidencia ha demostrado que una mayor diversidad microbiana en el suelo se asocia con una mayor diversidad microbiana en el intestino humano, lo cual contribuye a un sistema digestivo saludable y una mejor absorción de nutrientes.
Integra innovación y eficacia al combinar esta estrategia con microorganismos eficaces para la corrección biológica del suelo.
“Con esta biotecnología, lograrás optimizar la fertilización, acelerar la degradación de materia orgánica, mejorar la absorción de nutrientes, fomentar el control biológico, fortalecer el sistema inmune y resistencia a patógenos, además de reducir la dependencia de agroquímicos“, indica Ana Patricia Luengas, directora técnica de Biopunto y miembro del directorio de la Red Chilena de Bioinsumos.
Esta estrategia de producción contribuye significativamente a la salud humana y el bienestar global. Promueve la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos hídricos y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Su implementación a gran escala podría tener un impacto positivo en la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones, especialmente en regiones donde la agricultura es una parte vital de la economía.