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El futuro de la agricultura está en el uso de bioinsumos. Hoy los inoculantes a base de microorganismos están entre los más utilizados en el mundo y su uso está abriendo innovadoras ventanas para alcanzar una  agricultura sostenible. 

Para incrementar los rendimientos de forma sostenible es necesario recuperar la vida del suelo y mejorar la salud  de los cultivos. De esta manera, el cuidado de los ecosistemas comienza por los microorganismos, los que son parte fundamental del equilibrio de los ecosistema, ya que tienen funciones importantes como cerrar el ciclo de la materia orgánica, ser los descomponedores y recicladores de residuos que producen los productores primarios y consumidores  y evitar la contaminación.

El suelo es un recurso vivo que alberga el  25% de la biodiversidad de nuestro planeta. Se trata de un ecosistema compuesto por organismos  que interactúan con las plantas y el ambiente en un sistema cerrado, en donde la materia no se pierde solo se transforma cíclicamente.

Para que un ecosistema funcione correctamente debe mantener un equilibrio, cuando se interviene un ecosistema como el suelo, los ciclos se interrumpen, se pierde el equilibrio y aparecen las plagas y enfermedades. Además de la agricultura convencional, el cambio climático está afectando gravemente a los ecosistemas. 

La  agricultura convencional como se viene realizando hasta el día de hoy, rompe el equilibrio afectando las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo con actividades como:

  • Monocultivo.
  • Labranza que produce suelos oxidativos e inductores de enfermedades. 
  • Uso excesivo de agroquímicos de control de enfermedades, incluso preventivos y fertilizantes a base de sales que contaminan y eliminan la vida del suelo.
  •  Riego con aguas servidas que rompen el equilibrio microbiológico.
Suelos pobres en flora microbiana solo funcionan con aportes desmesurados y constantes de fertilización de síntesis y productos químicos de control = Altos costos, ¿cómo revertirlo?

Mejorar la salud del suelo

Para mejorar la salud del suelo y de los cultivos e incrementar los rendimientos de forma sostenible es necesario devolver la vida al suelo a través de actividades como:

  • Labranza mínima: evita perdida de M.O. y de carbono. 
  • Reciclaje de nutrientes: Incorporar residuos de post-cosecha como recurso económico que además ayuda a cerrar el ciclo de la M.O. 
  • Cubrir el suelo: evita evapotranspiración y radiación solar. 
  • Rotación de cultivos: aumenta nutrientes y diversidad de microorganismos y corta ciclos de plagas y enfermedades. 
  • Corredores biológicos: interactuar con el medio ambiente y su fauna (ej.abejas) 
  • Fertilizar con enmiendas orgánicas: suplen hasta 60% de la fertilización  química y recuperar la M.O. ( ideal 3% hacia arriba). 
  • Reponer minerales: solo lo indispensable como complemento a las enmiendas orgánicas y/o deficiencias del suelo. 
  • Minimizar el uso de agro-químicos, “preventivos”no necesarios. 
  • Reponer microorganismos: con EM-1®  para promover una CORRECCIÓN BIOLÓGICA DE SUELOS Y AGUAS DE RIEGO.

Recuperar la salud del suelo

  • Biorremediar suelos salinos.
  • Degradar materia orgánica solubilizando nutrientes que transfieren a las plantas.
  • Capturar CO2 de la atmosfera y regular los ciclos biogeoquímicos.
  • Realizar fijación y ciclaje del nitrógeno.
  • Mejorar estructura.
  • Ejercer control biológico, entre otras.

Lo que no debes olvidar

El suelo es el principal recurso a la hora cultivar productos sanos y de calidad, y un elemento fundamental para el equilibrio del ecosistema de la tierra, de nosotros depende mejorar nuestra salud y hacer una contribución al planeta.

La regeneración del suelo comienza por la microbiota que está en la base de la pirámide ecosistémica, cuando el número y variedad de microorganismos aumenta todo el ecosistema se enriquece.

En suelos fértiles, sanos y con vida hay: 

  • Un suministro estable de nutrientes.
  • Plantas sanas y resistentes a patógenos.
  • Reducción de fertilizantes y de productos de control de pestes y enfermedades, por tanto reducción de costos de producción y contaminación.
  • Producción en cantidad y de mejor calidad, sin residualidad.
  • Alimentos sanos para el consumo humano.